Desde la época romana el teatro había quedado olvidado. Apenas algunas piezas religiosas se representaban en las Iglesias en los días señalados (Navidad, Corpus) durante la Edad Media. Por fortuna, en Italia, durante el Renacimiento, se recuperó el arte dramático, pasando a España a lo largo del siglo XVI. Lamentablemente, no había ningún espacio creado en las ciudades para acoger representaciones teatrales; y tampoco había dinero para construirlo. Se decidió, por tanto, aprovechar las casas de vecinos para instalar los denominados corrales de comedia, como este:
Como veis, era el espacio perfecto para una representación: el patio de estas casas de vecinos era lo suficientemente grande para colocar el tablado (el escenario) y, al mismo tiempo, albergar a una gran cantidad de público. Por supuesto, habréis notado que no había asientos (salvo unas gradas a la izquierda) en el patio; y así era: el público se tiraba de pie toda la obra. Así cabía más gente y salía más barata la entrada. Esas personas, obviamente, eran del pueblo llano, que apenas tenían recursos económicos y necesitaban un entretenimiento que resultase barato.
Que estuviera tanta gente junta no era considerado moral, con todo, por lo que a las mujeres se las colocaba aparte, en un balcón frente al tablado llamado cazuela. Por su parte, los nobles disponían, en los laterales superiores del corral, de los aposentos, donde disfrutaban de la obra separados del pueblo con sus criados. En lo alto del todo estaban los desvanes, que pagaban aquellos comerciantes que eran lo suficientemente ricos para apartarse de la gente corriente. Ahí también se encontraba la tertulia, donde los eclesiásticos y los intelectuales escuchaban y valoraban la calidad poética de la obra. Esta era su distribución:
Lo único que quedaba ya era tener buenas obras teatrales que le gustaran a la gente. Hubo varios dramaturgos que apostaron por la comedia y tuvieron una notable aceptación (entre ellos, para su desgracia, jamás estuvo Miguel de Cervantes). Sin embargo, ninguno estuvo a la altura de otra de las grandes estrellas del Barroco y el 'Siglo de Oro' español: Félix Lope de Vega y Carpio. Su azarosa vida lo llevó a componer comedias con un estilo muy particular, que rompían con la herencia griega o romana, y su fórmula tuvo un éxito arrollador. Tal fue así que muchos dramaturgos siguieron sus pasos, por lo que lo podemos considerar como el padre del teatro español.Las claves del teatro de Lope eran sencillas. He aquí algunas de las más reseñables:
1) La obra debía ser cómica, es decir, divertida y con final feliz.2) Los temas que se debían tocar eran el amor y el honor, que eran más del gusto del público.
3) La obra se escribía en verso, mezclando distintas estrofas, así como el lenguaje culto y el del pueblo, para que no resultase pesada.
4) La obra se dividía siempre en tres actos o jornadas.
5) La obra se basaría en unos personajes-tipo, es decir, unos perfiles de personalidad que siempre se repetirían. Estos eran:
a) El galán, protagonista de la comedia, que destacaba por su nobleza (de carácter) y su valentía.b) La dama, su hermosa enamorada, la cual, con su inteligencia, tratará de lograr que su historia de amor acabe bien.
c) El criado, que suponía el descargo cómico de la obra. Su lealtad a su amo, el galán, era absoluta y lo ayudaría, con su astucia, a que conquistase el corazón de su dama.d) La criada, fiel sirviente de la dama, la aconsejará en todo momento y también la ayudará en su objetivo de casarse con su galán.
e) El padre, figura de autoridad, que supondrá un obstáculo para el amor de los jóvenes.
f) El contragalán, rival del galán por el corazón de la dama, presentará cualidades contrarias a este: cruel, desalmado, estúpido, cobarde...g) El rey, que simboliza la bondad y la justicia divina en el mundo. El rey resolvía muchas veces el conflicto en favor de los jóvenes amantes o del pueblo, lo que los convertía en buenos gobernantes. Eso afianzaba la autoridad de los reyes en España.
A Lope de Vega se le deben infinidad de obras (llegó a escribir más de 300), destacando, entre ellas, Fuenteovejuna:
El perro del hortelano:
O La dama boba:
Esta será la primera (pero no la última) vez que el ilustre personaje de Don Juan aparece en la literatura española y universal. Se trata, como podéis ver, de un galán corrupto, pues su única meta es seducir a las mujeres, deshonrarlas y luego abandonarlas. Le da igual el daño que provoque: esa es su pasión y su diversión. Precisamente por eso tendrá un final funesto: Don Gonzalo, como fantasma, se le aparecerá al final de la obra para arrastrarlo al infierno, donde pagará por una vida de crímenes. El carácter pesimista del Barroco, su estricta moral y su obsesión con la muerte son ya palpables, en consecuencia.Esos cambios serán luego asumidos por el otro gran dramaturgo español de este período: Pedro Calderón de la Barca. Si bien imitó a Lope de Vega, al igual que Tirso apostó por personajes más complejos; y en vez de decantarse por comedias de enredo amoroso, se inclinó hacia la tragicomedia o drama, que le permitía tocar temas muchos más serios. En este sentido, el teatro de Calderón era profundamente reflexivo y filosófico, planteándose cuestiones tan relevantes como el sentido de la vida del Hombre. En ese sentido, su obra más insigne fue La vida es sueño:
En ella, como podéis observar, Calderón usa al personaje de Segismundo para darnos una clara lección: nuestras vidas pueden parecernos cortas y pasajeras, como si fueran sueños, pero debemos actuar en ellos de manera decente y honorable. Da igual quiénes seamos: debemos conducirnos por esta existencia de la mejor forma y, así, sentirnos orgullosos al "despertar" (morir) de lo que hemos hecho. La religión, de nuevo, cobra una importancia esencial en la obra de un Calderón de la Barca al que también le debemos El alcalde de Zalamea:
En ella, a pesar de que mate a un noble, Pedro Crespo, su protagonista, hace lo que es correcto por el honor de su hija. De ahí que el rey (de nuevo bondadoso y justo) le perdone la vida e incluso lo nombre alcalde vitalicio del pueblo. Al igual que en La vida es sueño, las acciones correctas siempre tendrán una recompensa para el ser humano, dando así Calderón de la Barca una importante lección para la vida.
RESUMEN DE LA LECCIÓN
* Lope de Vega es considerado como el padre del teatro moderno español.* Apuesta claramente por una comedia (obra divertida y de final feliz) en tres actos y escrita en verso, mezclando el lenguaje culto con el llano.
* Se decanta por personajes-tipo, como el galán (noble y valiente), la dama (inteligente y enamorada del galán), el criado (descargo cómico y astuto, resolverá el conflicto con sus argucias), la criada (leal a la dama, la ayudará a casarse con el galán), el padre (figura de autoridad que actúa como obstáculo para el amor), el rey (símbolo de la justicia) y el contragalán (rival del galán y que encarna las peores cualidades: cobardía, mezquindad, crueldad...).
* Sus temas predilectos serán el amor y el honor.
* Sus mejores obras son Fuenteovejuna, La dama boba y El perro del hortelano, entre otras muchas (más de 300).* Siguió sus pasos Tirso de Molina, que apostó por personajes mejor definidos, dando un mayor peso a los femeninos.
* La obra más conocida de Tirso fue El burlador de Sevilla y el convidado de piedra, la primera adaptación de la leyenda del infame seductor Don Juan, quien paga por sus crímenes con una condena en el infierno.
* El tercer y último gran dramaturgo fue Calderón de la Barca, quien dio mayor complejidad a sus personajes y se inclinó por la tragicomedia para tratar asuntos más serios y trascendentales, como el sentido de la vida, desde una óptica filosófica y reflexiva.
* A Calderón de la Barca se le deben muchas obras, brillando con luz propia La vida es sueño y El alcalde de Zalamea.
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