jueves, 14 de octubre de 2021

3º ESO: La literatura y sus géneros

¿Os acordáis de este poema?
   
De entre todos los tipos de texto que vamos a estudiar este año, este es uno de los más importantes para nuestra asignatura. A fin de cuentas, se trata de un texto literario. ¿Y por qué se distingue de los demás, si en él tenemos claramente una argumentación (defiende su opinión sobre la belleza de esa mujer) o una descripción (se centra en decir cómo son sus ojos)? Pues muy sencillo: porque la verdadera intención del poeta (Gustavo Adolfo Bécquer) no es solo argumentar o describir, sino, sobre todo, crear belleza con las palabras. Bécquer quiso construir un mensaje bonito, que sonara melodioso, con un vocabulario muy cuidado, rima, métrica... Quería crear un texto que fuese artístico, lográndose así la función poética o estética del lenguaje (que estudiasteis el año pasado).

En eso consiste la literatura: transmite belleza con el uso cuidado de las palabras. Sin embargo, no todos los textos literarios son iguales. No en vano, un poema no se parece a un cuento, una fábula, un refrán o una obra de teatro. Y es que todos los textos literarios que existen se engloban, en función de su intención, su contenido y su forma, en tres grandes géneros literarios. Veamos en qué consiste cada uno de ellos:

EL GÉNERO LÍRICO

 
En este vídeo habéis podido escuchar a uno de los mejores poetas de ahora mismo, el madrileño Marwan. Con este texto literario, al igual que el de Bécquer con el que ha empezado este vídeo, Marwan ha querido no solo crear belleza, sino, fundamentalmente, recrear o expresar sus sentimientos, inquietudes o ideas de forma artística. En este sentido, Bécquer y Marwan se han decantado por la misma emoción, el amor, pero hay textos líricos que hablan de la tristeza, la alegría, el odio, la amistad, la paz... A este género que se centra en las emociones de los poetas se le llama lírica.

Otro de los aspectos fundamentales que permiten reconocer a la lírica es que casi siempre se escribe en verso, esto es, con oraciones breves, a veces partidas a la mitad, que poseen cierto ritmo y musicalidad gracias a dos fenómenos que repasaremos este año: la rima (repetir sonidos al final de los versos) y la métrica (cada verso tiene un número de sílabas determinado).

Existen, asimismo, varios subgéneros líricos, como la oda, la sátira... Todos ellos los veremos a lo largo del presente curso.

EL GÉNERO NARRATIVO

 
Supongo que a los fans de Harry Potter les sonará este relato. En él, Hermione, como narradora, ha contado, con el fin de entretener, una historia (la de las reliquias de la muerte) con personajes (los tres hermanos, la Muerte) que ocurre en un lugar (un bosque, una taberna, la casa del hermano mediano...) y un tiempo (Edad Media) determinados. Asimismo, lo ha hecho con una intención artística, puesto que ha empleado un lenguaje muy cuidado. La narración, por tanto, es otro de los grandes géneros literarios

Por lo general, reconocemos una narración literaria porque casi todo lo que sucede en ella es ficción, es decir, NO es real. Por ejemplo, en el cuento de las reliquias ni la historia, ni los personajes existieron de verdad. Esa es otra forma de reconocer las narraciones literarias, que suelen escribirse en prosa.

En cuanto a los subgéneros, distinguimos muchísimos: el cuento, la novela, la fábula... De todos ellos hablaremos en los próximos dos meses.

EL GÉNERO TEATRAL


Esta es una escena de una de las obras literarias ambientadas en Sevilla más famosas de todos los tiempos, a saber, Don Juan Tenorio. En ella, nos explican la historia de Don Juan, un famoso seductor que finge amar a mujeres para conquistarlas y luego abandonarlas. Se trata un hombre cruel y miserable que, en esa escena, se pelea con Don Gonzalo, padre de su prometida, Doña Inés. Entonces, ¿este vídeo nos ha contado una historia con personajes en un lugar (una posada de Sevilla) y un tiempo (siglo XVI)? Sí, así es.

¿Y en qué se diferencia, pues, de la narración? En que toda narración tiene un narrador obligatoriamente, es decir, alguien ha de contarnos la historia. Por el contrario, en este vídeo nos enteramos de lo que sucede por los diálogos de los personajes y NO hay narrador. Esa es la característica que diferencia a la narración literaria de este tercer género, que se llama teatro.

Además, hay otra diferencia fundamental: la narración se escribe para ser leída, mientras que el teatro se redacta, ya sea en verso o en prosapara ser representado por actores ante un público. Aunque una obra de teatro también se puede leer, los dramaturgos, los escritores de estas obras teatrales, lo que buscan es que una compañía de actores escoja su texto para llevarlo a un escenario y que la gente pague por ver la representación.

¿Y qué subgéneros existen? Para empezar, debemos distinguir dos grandes grupos, a saber, los mayores y los menores. 

Los subgéneros teatrales mayores son aquellos que engloban las obras dramáticas más extensas (de 3 o 5 actos de duración) y, por consiguiente, más relevantes en la historia de la literatura. En este grupo podemos distinguir entre:

A) Tragedia: en ella, los personajes (generalmente nobles, reyes o príncipes) tratan de luchar contra el destino para hacer realidad sus deseos, fracasando al final en su empeño y perdiendo la vida en el intento. Es decir, el desenlace o final de una tragedia siempre será desgraciado, de modo que se consiga conmover al espectador y hacerle pensar o reflexionar. Ejemplo: Bodas de Sangre, de Federico García Lorca: al final de la obra, tanto el novio como Leonardo mueren; la madre del novio se queda sola en el mundo, llorando hasta que se muera a su marido e hijos muertos; la mujer de Leonardo, deshonrada por culpa de lo que ha hecho su marido... Es decir, todos los personajes sufren un final triste o desgraciado.
B) Comedia: al contrario que la tragedia, la comedia se caracteriza por presentar multitud de escenas divertidas, humorísticas y hasta ridículas (utilizando para ello expresiones coloquiales, insultos, juegos de palabras, dobles sentidos...), con el objetivo de divertir y hacer reír al espectador, a la par que se le educa, caricaturizando los vicios y los pecados de la sociedad. Los personajes, a pesar de los muchos enredos y malentendidos por los que atraviesan, van a conocer, en esta ocasión, un final feliz. Ejemplo: Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, en la que las hadas, al interferir en una disputa amorosa entre cuatro jóvenes, van a provocar un sinfín de malentendidos divertidos hasta que, en última instancia, todo se resolverá favorablemente, casándose los cuatro y disfrutando de una vida feliz.

C) Drama o tragicomedia: aquella obra de teatro que mezcla lo trágico con lo cómico. Los dramas pueden ser de dos tipos, a saber, o los personajes sufren un desenlace desgraciado después de presentarnos una historia que, casi hasta el final, estaba siendo divertida (Tartufo); o los personajes logran, en el último instante y cuando todo parecía perdido, su objetivo, su recompensa (Don Juan Tenorio).
 


Por otro lado, se hallan los subgéneros teatrales menores. Estos duran apenas un acto y, por lo general, se representaban en los descansos (entreactos) de las obras mayores para mantener entretenido al público con una historia cómicaCuatro son los subgéneros menores que vamos a trabajar con mayor profundidad:


1) El auto sacramental es el subgénero menor más antiguo de todos. Surge en la Edad Media y sus metas eran difundir la fe y moral cristianas y dar a conocer episodios de la Biblia al pueblo, que no sabía leer y, por tanto, no podía acceder a las Escrituras. Se representaba en fechas señaladas, como el Corpus Christi o Navidad, ya fuera en las iglesias o las plazas de las ciudades y pueblos. El más significativo y antiguo que se conserva en castellano es el Auto de los Reyes Magos, que narra cómo los tres Reyes se encuentran en su camino para adorar al niño Jesús recién nacido:



Aquí tenéis otra versión, un poco más curiosa:



2) Ya en la Edad Moderna, en la época de esplendor de España (el Siglo de Oro), la pasión por el teatro se extendió por todas partes. La gente acudía a los teatros (olvidados en la Edad Media, renacidos ahora) para entretenerse durante varias horas. Y no solo disfrutaba de una única obra (como sucede ahora), sino que, en los entreactos (el descanso entre un acto y otro de una tragedia, comedia o drama), se divertían con breves piezas cómicas ambientadas en la vida cotidiana. La trama de dichas piezas, que se escribían con un lenguaje muy expresivo y exagerado (para hacerla todavía más divertida), era bastante simple y solía girar en torno a un engaño a alguien muy ingenuo. Dichas piezas se llamaban pasos, siendo su principal exponente el sevillano Lope de Rueda, autor de, entre otras, El rufián cobarde (donde los intentos de un cobarde por hacerse el valiente no llegarán a buen puerto) o Cornudo y contento:

 

3) Junto a los pasos, también destacaban los entremeses, que son muy parecidos. No en vano, también eran piezas cómicas breves que se representaban en los entreactos. Sin embargo, mientras que el paso nos contaba cómo le tomaban el pelo a un ingenuo, el entremés critica con humor a la sociedad y los defectos del ser humano. Por ejemplo, en El viejo celoso, se burlan de los celos y cómo estos pueden traer más males que beneficios a una pareja (así como de los matrimonios de conveniencia entre hombres mayores y mujeres jóvenes, muy habituales en aquella época):



En El retablo de las maravillas, se critica la obsesión de la sociedad española de aquella época por la pureza de sangre (esto es, tener orígenes cristianos y con padres legítimos), de la cual se aprovechan unos artistas ambulantes:



Ambos pertenecen a Miguel de Cervantes, autor de un sinfín más de entremeses, como El juez de los divorcios (critica a los matrimonios, los soldados...), La Cueva de Salamanca...

4) Esta tradición humorística sería recogida en el siglo XVIII por los sainetes, los cuales, al igual que los anteriores, eran breves y cómicos. Su rasgo particular, que lo diferencia de los demás subgéneros menores, es el costumbrismo; es decir, el hecho de que sus historias reflejaban las formas de hablar y comportarse de regiones muy concretas de España (Andalucía, Castilla, Valencia...). El mejor ejemplo lo tenemos en La pitanza, sainete de los hermanos sevillanos Álvarez Quintero, en el que se aprecian claramente el modo de hablar de los hispalenses:


 

¿Alguna duda? ¡Pues a los comentarios!

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