viernes, 27 de septiembre de 2019

2º ESO: Las funciones del lenguaje

¿Os acordáis que, el año pasado, estuvisteis, en este arranque de curso, estudiando los elementos de la comunicación? Pues bien, las funciones del lenguaje (que, os recuerdo, son las distintas intenciones que podemos tener a la hora de comunicarnos), que es el asunto que ha ocupado nuestras primeras sesiones de este año, están muy relacionadas con estos. ¿Y qué vínculo presentan? Vamos a averiguarlo en esta entrada a medida que vayamos estudiando dichas funciones. Veamos:

FUNCIÓN REFERENCIAL



Mediante esta función del lenguaje, el emisor persigue informar, de forma más o menos objetiva, sobre un asunto determinado. Lo apreciamos en este vídeo sobre Pau Gasol: la periodista, que es la emisora, procura transmitir una información sobre la realidad (el debut de Gasol con la selección española) sin emitir opiniones al respecto, limitándose exclusivamente a aportar datos. En eso consiste la función referencial, que estaría relacionada, por consiguiente, con el contexto o la situación comunicativa. No en vano, en este punto no nos interesa lo que piense el emisor o el receptor, ni cuál sea el canal o el código empleados para producir el mensaje: lo único que nos interesa es informar sobre un aspecto de la realidad que nos rodea, esto es, un aspecto de nuestro contexto comunicativo.


FUNCIÓN EXPRESIVA



Bonita esta escena, ¿verdad? En ella, podemos ver a un chico declarar su amor incondicional a una chica. Y, en eso, precisamente, consiste la función expresiva, en manifestar nuestras emociones o sentimientos a los demás, ya sean de amor, odio, tristeza, alegría... De ahí que también se la conozca como función emotiva. Y, evidentemente, está relacionada con el emisor, quien la emplea para expresar lo que siente.

FUNCIÓN CONATIVA



Este es un ejemplo perfecto de la función conativa o apelativa, que nos permite dar órdenes, lanzar peticiones o ruegos... En este sentido, podemos ver a un pobre y desesperado decurión romano ordenando a sus soldados que guarden silencio, que se pongan en fila, que le digan lo que está diciendo el despistado legionario bretón, etc. Incluso Obélix se atreve a mandar a callar al decurión cuando la situación se vuelve "insostenible". En esta ocasión, la función conativa está vinculada al receptor, puesto que, gracias a ella, conseguimos que dicho receptor actúe de una forma determinada, de acuerdo a nuestros deseos.

FUNCIÓN POÉTICA



Es aquella que utilizamos para crear belleza con el lenguaje. El poema de Bécquer (que ya os sonará del año pasado) es un claro ejemplo, pues emplea en el mismo multitud de metáforas, hipérboles, comparaciones y otros recursos literarios, además de un vocabulario exquisito y culto... No es una forma normal y corriente de expresarse, sino una que busca la belleza con las palabras. Esta función poética, que es la que habitualmente se emplea en la literatura (o los refranes, las canciones...), se relaciona con el mensaje, puesto que lo que más nos importa, al recurrir a ella, es que este sea lo más hermoso posible. 


FUNCIÓN METALINGÜÍSTICA




La metalingüística es, sin lugar a dudas, la más sencilla de reconocer, pues es aquella que nos permite hablar sobre conceptos relacionados con la lengua: la morfología, la fonética, la sintaxis... O, como en el ejemplo que os he puesto, sobre ortografía. En este caso, el elemento de la comunicación que más nos preocupa es el código, ya que queremos saber cómo funciona, qué reglas tiene, etcétera.

FUNCIÓN FÁTICA


En este vídeo podemos ver a dos niños intentando comunicarse mediante un 'walkie-talkie'. Lamentablemente, no se escuchan del todo bien, por lo que están continuamente preguntándose el uno al otro si se escuchan, si han recibido sus mensajes... En eso, de hecho, consiste la función fática: asegurarnos de que nuestro mensaje ha llegado adecuadamente al receptor. Esta función, por tanto, se interesará por el canal y, más concretamente, que este funcione de forma correcta para que nuestros mensajes puedan ser recibidos.

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