A principios del siglo XX, la lírica española estaba en manos del Modernismo. La influencia de Rubén Darío se dejó sentir vivamente en nuestra poesía hasta prácticamente la década de los 20, con la aparición de vanguardias como el ultraísmo y, después, la Generación del 27. Por tanto, de esa cuna modernista procederían los dos primeros grandes talentos poéticos de este siglo. De uno ya se ha hablado con anterioridad, a saber, Antonio Machado, quien abandonó pronto el Modernismo para crear su propio estilo. Y lo mismo haría, un poco más tarde, un segundo genio de Andalucía, nacido en Moguer (Huelva). ¿Su nombre? Juan Ramón Jiménez.
Juan Ramón tuvo la suerte de nacer en una familia acomodada, dueña de un exitoso negocio de vinos. Su padre, Víctor Jiménez, era el que lo dirigía y soñaba con que su hijo, quien estaba obteniendo unas notas excelentes, siguiera sus pasos. Lamentablemente para él, las aspiraciones de Juan Ramón eran otras. Si bien empezó la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla (obligado por su padre), pronto la abandonó para dedicarse a sus verdaderas pasiones: la pintura y, sobre todo, la poesía. Comenzó incluso a publicar sus poemas en Madrid con cierto éxito, un prometedor comienzo que se vio bruscamente interrumpido en 1900.
Aquel año se produjo una tragedia que lo marcó para siempre: la muerte de su padre. Aquel suceso lo dejó completamente trastornado. Juan Ramón nunca se perdonó que no llegara a arreglarse con él antes de su fallecimiento. A su vez, creció en él una profunda tanatofobia (miedo a la muerte), que lo obsesionó hasta el punto de que fue necesario ingresarlo en un sanatorio. Profundamente deprimido y devastado, también tuvo que sufrir la ruina de su familia, que lo perdió todo después de la muerte de Víctor Jiménez. De hecho, el mismo Juan Ramón tuvo que abandonar el hospital y regresar a casa para recuperarse. Allí vivió voluntariamente encerrado durante años.
Ese período tan triste, con todo, fue el de mayor producción del poeta onubense, con cerca de 20 obras publicadas, entre las que destacan Arias tristes (1902), Jardines lejanos (1904), Elegías (1907), La soledad sonora (1908), Poemas agrestes (1910)...:
Como se puede apreciar, la tristeza y la melancolía inundan todo este poema. Los modernistas, si recordáis, se centraban de nuevo en la expresión de sus sentimientos, y eso, precisamente, es lo que hace Juan Ramón Jiménez: desahogar la profunda pena que siente por culpa de los avatares del destino. Y no es esta la única característica del Modernismo presente en este texto, puesto que, a su vez, recurrirá a los símbolos para expresar dichas sensaciones, más concretamente al parque (aunque, en otros muchos poemas, será el jardín). Este paraje natural representará al corazón de Juan Ramón Jiménez y sus emociones de pesar, nostalgia, angustia, amor...
En sus inicios, como buen modernista, apostó decididamente por el verso alejandrino y la rima consonante. Sin embargo, ya os habréis dado cuenta de que, en este poema, no se respeta nada de eso. Los versos tienen todos la misma medida, cierto es; pero ninguno es de 14 sílabas. A medida que pasa el tiempo, Juan Ramón, por influencia de Bécquer, va acortando sus versos hasta decantarse (como el poeta sevillano) por los octosílabos y la rima asonante en los pares. Al lenguaje le va pasando algo muy parecido: de emplear uno especialmente recargado (como dictaba el Modernismo) pasa a usar uno culto, pero un poco más sencillo.
A esta primera etapa de clara influencia modernista se la conoce como sensitiva, y duró hasta 1915. Fue entonces cuando se produjo un cambio fundamental en su carrera, que reflejó en este poema:
Al principio, Juan Ramón Jiménez amó la poesía, adornada con los "ropajes", es decir, las características típicas del Modernismo (lenguaje recargado, símbolos, sensualidad). No obstante, poco a poco el onubense sentía que este movimiento encorsetaba demasiado a la lírica; y que, en consecuencia, debía dar de lado todo lo modernista para hallar una poesía "desnuda", pura y libre de cualquier exigencia métrica, temática... Y eso, precisamente, es lo que hará Juan Ramón. Se olvidará por completo del Modernismo y apostará por encontrar un estilo propio que le permita expresar su propia y particular sensibilidad. Las vanguardias, el Novecentismo y la poesía anglosajona le influirán de forma decisiva en este sentido:
Como podéis apreciar, el verso es libre, es decir, no sigue ninguna regla de métrica ni de rima, a diferencia de la etapa anterior. El lenguaje, asimismo, es mucho más sencillo y directo, si bien las ideas que trata de transmitir son más complejas. Sí mantendrá en sus escritos los símbolos, decantándose ahora por el mar, que representa, por un lado, la soledad (uno de los temas principales de Juan Ramón Jiménez) y, sobre todo, el deseo de eternidad. El onubense seguía obsesionado con la muerte y, por ello, intenta encontrar una manera de eludirla, de alcanzar la inmortalidad, de trascender. Para ello, se vuelca activamente en su poesía, la herramienta, que, desde su punto de vista, le permitirá lograr tal objetivo; y por esa razón se fija en el mar como símbolo de algo vasto y enorme que permanece igual por los siglos de los siglos, igual que la eternidad.
A esta segunda etapa, que se llama intelectual, pertenece la que es, sin duda alguna, su mejor obra: Diario de un poeta recién casado (1916). Se trata de un libro experimental en el que se mezclan textos en verso con otros en prosa poética, en los que el mar como símbolo está siempre presente. Juan Ramón escribió este Diario en una de las etapas más felices de su vida, cuando se casó con su gran amor, Zenobia Camprubí, en Estados Unidos. Intelectual de renombre y activista por los derechos de la mujer, Camprubí resultó crucial en la obra de Juan Ramón, puesto que fue ella la que lo introdujo de pleno en la poesía en inglés, ayudándole incluso a traducir al español a Rabindranath Tagore, premio Nobel de literatura.
Este Diario de un poeta recién casado no fue, aun así, la primera incursión de Juan Ramón Jiménez en la prosa. De hecho, un par de años antes (aún en su etapa sensitiva) había publicado otro de sus libros más célebres, Platero y yo, escrito enteramente en prosa. No obstante, no se debe entender esta obra como un cuento o una novela al uso. Al contrario, se trata de un poema en prosa que carece de un hilo argumental definido. Juan Ramón se limita a recrear distintas escenas como si fuera un pintor, en las que describe con un lenguaje cuidado los paisajes de su Moguer natal, los cuales recorre a lomos de un simpático borriquillo llamado Platero. A este animal le unirá una tierna y cariñosa relación de amistad. A su vez, la naturaleza cobra una especial importancia en esta obra, mostrando Juan Ramón Jiménez su deseo de fundirse con ella y evadirse de la sociedad, a la que critica con cierta dureza.
Durante años, Juan Ramón Jiménez vivió felizmente con Zenobia en Madrid hasta el estallido de la Guerra Civil. No tuvo más remedio que exiliarse, recorriendo con su mujer distintos puntos de América (especialmente Estados Unidos) y trabajando como conferenciante y profesor universitario. El matrimonio se instalará finalmente en Puerto Rico, donde, en 1956, recibe la noticia de que se le ha otorgado el premio Nobel de Literatura, el tercero que se daba a nuestras letras. La alegría, con todo, no le dura demasiado: tres días después, Zenobia fallecía. Su pérdida lo hundió por completo, siguiéndola a la tumba apenas dos años después.
Por suerte, antes de eso, Juan Ramón logró alcanzar esa eternidad que tanto deseaba en su tercera y definitiva etapa, llamada suficiente o verdadera. Los poemas de este período serán especialmente complejos, como podéis comprobar en este ejemplo:
De su etapa anterior se mantienen el verso libre, los símbolos y las metáforas puras y abstractas, complicadas de entender. Con ellas, ya no solo persigue la eternidad, sino que la alcanza, poniéndose en contacto con Dios al que habla directamente. De hecho, incluso se identificará con Él, puesto que considerará que, por medio de su poesía, ha conocido al Creador y, de esa forma, ha conseguido él mismo construir un mundo de belleza similar al Universo. La divinidad, por tanto, está dentro de su alma y su obra. Dios deseado y deseante o Animal de fondo serán las obras más destacadas de este período.
Este fue el legado literario de Juan Ramón Jiménez al mundo cuando nos dejó en 1958. Sus restos, junto a los de su esposa, pudieron ser repatriados y enterrados en Moguer, donde descansa para toda la eternidad con su Platero y su talento inmortal:
lunes, 30 de abril de 2018
viernes, 27 de abril de 2018
2º ESO: Guía para el examen del 8 de mayo
* Definiciones de los temas 9 y 10: todo el vocabulario que debéis manejar para el próximo examen.
* El periódico: en esta página hallaréis todo lo que necesitáis saber sobre este medio de comunicación.
* 2ª fase del análisis sintáctico: aquí disponéis de todos los trucos y cuestiones sobre los sujetos y los predicados de las oraciones.
* Los complementos verbales (I): el atributo: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (II): el complemento circunstancial: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (III): el complemento directo: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (IV): el complemento indirecto: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (V): el complemento agente: todo lo que debéis saber sobre los complementos agentes. Como siempre, incluye una definición, la estructura, las pruebas y ejemplos de interés, debidamente razonados.
* Los complementos verbales (VI): el complemento predicativo: teoría y ejemplos sobre el complemento predicativo, explicando de manera pormenorizada cómo reconocerlo en una oración.
* Los complementos verbales (y VII): el complemento de régimen o suplemento: además de una definición, incluye un listado con los verbos más comunes que han de llevar este tipo de complemento.
* El teatro. Estructura y elementos: definición del género teatral, así como explicaciones sobre la estructura de una obra y sus componentes.
* El periódico: en esta página hallaréis todo lo que necesitáis saber sobre este medio de comunicación.
* 2ª fase del análisis sintáctico: aquí disponéis de todos los trucos y cuestiones sobre los sujetos y los predicados de las oraciones.
* Los complementos verbales (I): el atributo: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (II): el complemento circunstancial: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (III): el complemento directo: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (IV): el complemento indirecto: aquí hallaréis una definición, la estructura, las distintas pruebas para identificarlo y varios ejemplos para que entendáis este complemento verbal.
* Los complementos verbales (V): el complemento agente: todo lo que debéis saber sobre los complementos agentes. Como siempre, incluye una definición, la estructura, las pruebas y ejemplos de interés, debidamente razonados.
* Los complementos verbales (VI): el complemento predicativo: teoría y ejemplos sobre el complemento predicativo, explicando de manera pormenorizada cómo reconocerlo en una oración.
* Los complementos verbales (y VII): el complemento de régimen o suplemento: además de una definición, incluye un listado con los verbos más comunes que han de llevar este tipo de complemento.
* El teatro. Estructura y elementos: definición del género teatral, así como explicaciones sobre la estructura de una obra y sus componentes.
2º ESO: Definiciones de los temas 9 y 10
* Periódico: Es el medio de comunicación más antiguo que existe, y que engloba a los periódicos, los semanarios, las revistas, etcétera. Es el único de los cuatro medios que no transmite la información de forma audiovisual, sino por medio del papel, donde se imprimen las noticias. Eso hace que la prensa no sea tan inmediata como el resto de medios, pues el proceso de imprimir los periódicos o las revistas es largo; como consecuencia, algunas de sus noticias están desactualizadas (son del día anterior, o incluso de hace dos días). Dichas noticias se separan en secciones, algunas de las cuales son fijas (Nacional, Internacional, Deportes, Cultura) y otras, no. Consta también de una portada, donde se presentan los hechos de actualidad más relevantes; y una contraportada, en la que se colocan artículos de opinión, reportajes de interés humano, entrevistas, etc.
* Predicado: aquel sintagma verbal que expresa la acción que se realiza y todas las circunstancias que la rodean. Puede ser nominal si su núcleo son los verbos ser, estar o parecer; y verbal, si su núcleo es cualquier otro verbo que no sea alguno de esos tres.
* Complemento directo: complemento de los verbos predicativos que señala qué o quién recibe directamente la acción del verbo. Pueden serlo los sintagmas nominales, así como los preposicionales que empiezan por la preposición "a".
* Complemento indirecto: complemento verbal que señala quién recibe indirectamente los beneficios o los daños de la acción del verbo. Pueden serlo únicamente aquellos sintagmas preposicionales que empiecen por las preposiciones "a" o "para".
* Atributo: complemento de los verbos copulativos (ser, estar, parecer) que indica una cualidad o característica del sujeto, con el que suele concordar en género y número. Pueden ser atributo los sintagmas adjetivales, los nominales y los preposicionales.
* Complemento circunstancial: aquel que indica las circunstancias que han rodeado, rodean o rodearán la acción del verbo. Según la información que indiquen, puede ser de tiempo, lugar, modo, cantidad, compañía, instrumento, causa y finalidad.
* Complemento agente: aquel sintagma preposicional que, en las oraciones pasivas, realizará la acción del verbo (que padece el sujeto). Se caracteriza por empezar siempre por la preposición "por".
* Complemento predicativo: aquel sintagma adjetival que, además de complementar al verbo en un predicado verbal, también nos indica un rasgo o característica del sujeto, con el que concuerda en género y número.
* Complemento de régimen: también denominado suplemento, es aquel sintagma preposicional que requieren algunos verbos para tener sentido completo.
* Teatro: Aquel género literario que nos cuenta una historia por medio de las acciones y, sobre todo, los diálogos de los personajes (por tanto, no hay narrador), escritos para ser interpretados por unos actores (y no para ser sólo leídos, como sucede con las narraciones).
* Diálogo: la parte fundamental de toda obra de teatro. Tiene lugar cuando dos o más personajes hablan entre sí.
* Monólogo: discurso corto e ininterrumpido dicho por un único personaje, que habla solo, consigo mismo, sin acompañarle (por lo general) nadie más sobre el escenario. Por medio de un monólogo, los personajes expresan en voz alta sus sentimientos o sus reflexiones.
* Aparte: una parte del diálogo dirigida al espectador y que se supone que no oye el resto de los personajes que están en la escena. Mediante un aparte, los personajes suelen comunicar al público lo que sienten en ese momento, lo que piensan hacer... Suelen estar marcados en los textos teatrales con la palabra Aparte (o su contracción Ap.) metida entre paréntesis.
* Acotaciones: indicaciones sobre los gestos, las acciones, las reacciones o los movimientos de los personajes que escribe el autor de la obra de teatro para que los actores sepan lo que tienen que hacer mientras están interpretando los diálogos. Las acotaciones también pueden contener información sobre la escenografía, los decorados, la iluminación... Suelen ir entre paréntesis o en cursiva (para que no se confunda con los diálogos).
* Acto: cada una de las partes de las que consta una obra de teatro. Se dividen a su vez en escenas y se distinguen unas de otras por la caída o subida del telón.
* Escena: cada una de las partes en la que se divide un acto. Se produce un cambio de escena cuando hay algún cambio de personajes (es decir, salen algunos del escenario, y entran otros que no estaban anteriormente).
* Predicado: aquel sintagma verbal que expresa la acción que se realiza y todas las circunstancias que la rodean. Puede ser nominal si su núcleo son los verbos ser, estar o parecer; y verbal, si su núcleo es cualquier otro verbo que no sea alguno de esos tres.
* Complemento directo: complemento de los verbos predicativos que señala qué o quién recibe directamente la acción del verbo. Pueden serlo los sintagmas nominales, así como los preposicionales que empiezan por la preposición "a".
* Complemento indirecto: complemento verbal que señala quién recibe indirectamente los beneficios o los daños de la acción del verbo. Pueden serlo únicamente aquellos sintagmas preposicionales que empiecen por las preposiciones "a" o "para".
* Atributo: complemento de los verbos copulativos (ser, estar, parecer) que indica una cualidad o característica del sujeto, con el que suele concordar en género y número. Pueden ser atributo los sintagmas adjetivales, los nominales y los preposicionales.
* Complemento circunstancial: aquel que indica las circunstancias que han rodeado, rodean o rodearán la acción del verbo. Según la información que indiquen, puede ser de tiempo, lugar, modo, cantidad, compañía, instrumento, causa y finalidad.
* Complemento agente: aquel sintagma preposicional que, en las oraciones pasivas, realizará la acción del verbo (que padece el sujeto). Se caracteriza por empezar siempre por la preposición "por".
* Complemento predicativo: aquel sintagma adjetival que, además de complementar al verbo en un predicado verbal, también nos indica un rasgo o característica del sujeto, con el que concuerda en género y número.
* Complemento de régimen: también denominado suplemento, es aquel sintagma preposicional que requieren algunos verbos para tener sentido completo.
* Teatro: Aquel género literario que nos cuenta una historia por medio de las acciones y, sobre todo, los diálogos de los personajes (por tanto, no hay narrador), escritos para ser interpretados por unos actores (y no para ser sólo leídos, como sucede con las narraciones).
* Diálogo: la parte fundamental de toda obra de teatro. Tiene lugar cuando dos o más personajes hablan entre sí.
* Monólogo: discurso corto e ininterrumpido dicho por un único personaje, que habla solo, consigo mismo, sin acompañarle (por lo general) nadie más sobre el escenario. Por medio de un monólogo, los personajes expresan en voz alta sus sentimientos o sus reflexiones.
* Acotaciones: indicaciones sobre los gestos, las acciones, las reacciones o los movimientos de los personajes que escribe el autor de la obra de teatro para que los actores sepan lo que tienen que hacer mientras están interpretando los diálogos. Las acotaciones también pueden contener información sobre la escenografía, los decorados, la iluminación... Suelen ir entre paréntesis o en cursiva (para que no se confunda con los diálogos).
* Acto: cada una de las partes de las que consta una obra de teatro. Se dividen a su vez en escenas y se distinguen unas de otras por la caída o subida del telón.
* Escena: cada una de las partes en la que se divide un acto. Se produce un cambio de escena cuando hay algún cambio de personajes (es decir, salen algunos del escenario, y entran otros que no estaban anteriormente).
4º ESO: Primer comentario de texto: Juan Ramón Jiménez
o que cante.
Puede llenar el libro de la vida
o el libro de la muerte,
los dos en blanco para él,
que piensa y sueña.
Igual eternidad hallará en ambos.
Corazón, da lo mismo: muere o canta.
Eternidades, Juan Ramón Jiménez
Recordad que tenéis las instrucciones para el comentario en esta página del blog, las cuales también están explicadas en esta otra entrada. Disponéis hasta el martes 8 de mayo para entregarlo. ¡Ánimo y a trabajar!
P.D: Para realizar esta tarea, podéis ayudaros del libro y, por supuesto, de esta entrada del blog, donde os explico con ejemplos sus tres etapas y sus distintas características.
P.D: Para realizar esta tarea, podéis ayudaros del libro y, por supuesto, de esta entrada del blog, donde os explico con ejemplos sus tres etapas y sus distintas características.
2º ESO: Los complementos verbales (y VII): El complemento de régimen o suplemento
EL COMPLEMENTO DE RÉGIMEN O SUPLEMENTO
*Definición: aquel sintagma preposicional que ha de acompañar obligatoriamente a algunos verbos predicativos para que estos tengan sentido o adquieran un significado concreto. Ejemplo:
Marge confía en Homer.
"En Homer" es un sintagma preposicional que el verbo confiar necesita tener a su lado de forma obligatoria para adquirir sentido completo (es muy poco frecuente una oración con el verbo confiar en el que este no vaya seguido de un sintagma preposicional que empiece por "en"). Por ello, es complemento de régimen o suplemento.
* Un sintagma preposicional, única y exclusivamente: Lisa cree en el budismo. / "en el budismo" es un sintagma preposicional que ha de ir acompañando forzosamente al verbo creer para que tenga ese significado.
* Pruebas: para localizar un complemento de régimen o suplemento, hay tan solo una prueba que puede resultar fiable, a saber, crear una pregunta que empiece por la preposición y, acto seguido, el pronombre interrogativo "qué" o "quién". La respuesta será nuestro complemento de régimen:
Lisa cree en el budismo. = ¿En qué cree Lisa? "En el budismo"; por tanto, ese será complemento de régimen.
Murphy influyó en Lisa. = ¿En quién influyó Murphy? "En Lisa"; por tanto, ese será complemento de régimen.
No obstante, mi recomendación es que, por un lado, saquéis este complemento por descarte (es decir, que os aseguréis de que no es CD, CI, atributo, circunstancial, agente o predicativo); y, por otro, que os estudiéis el siguiente listado de verbos que pueden tener un complemento de régimen o suplemento, para que os resulte más sencillo:
VERBO
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PREPOSICIÓN NECESARIA
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EJEMPLO DE C.REG.
O SUP. |
TRATAR
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DE
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La película trataba de una invasión extraterrestre.
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CREER
|
EN
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Mi hermano pequeño cree en los fantasmas.
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INFLUIR
|
EN
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La poesía de Bécquer influyó en mis versos.
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OLER
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A
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Este perfume huele a rosas.
|
PENSAR
|
EN
|
A veces pienso en mis viejos amigos de Londres.
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CONFIAR
|
EN
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No confiaré jamás en ti.
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OCUPARSE
|
DE
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Ella se ocupa de su familia.
|
HABLAR
|
DE
|
Hablamos de sus aficiones durante horas.
|
CONVENCER
|
DE
|
Lo convencieron de la necesidad de ese servicio.
|
CUIDAR
|
DE
|
Cuidamos del hijo de mi hermana.
|
ACORDARSE
|
DE
|
Me acuerdo de tus años en la facultad de farmacia.
|
ARREPENTIRSE
|
DE
|
Nos arrepentimos de nuestro mal comportamiento.
|
SOÑAR
|
CON
|
Soñamos con una épica remontada.
|
CONTAR
|
CON
|
Cuento con mi hermano para el partido de hoy.
|
DEPENDER
|
DE
|
El Barça depende demasiado de Messi.
|
PREGUNTAR
|
POR
|
Preguntaron por aquella dirección.
|
CESAR
|
EN
|
No cesó en su empeño.
|
ABUSAR
|
DE
|
No deberías abusar de los dulces.
|
ACUSAR
|
DE
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Acusaron a Julián del robo del coche.
|
ALEGRARSE
|
DE
|
Me alegro mucho de esas sensacionales noticias.
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ADVERTIR
|
DE
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Nos advirtieron de las consecuencias de aquello.
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ATREVERSE
|
A
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¿Se atrevió a eso?
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CARECER
|
DE
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Carezco de los materiales necesarios para el trabajo.
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DEDICARSE
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A
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Desde 2010 me dedico a la enseñanza.
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EJEMPLOS
Flanders solo habla de religión.
Dado que buscamos un complemento de régimen o suplemento, para empezar tenemos que averiguar si hay algún sintagma preposicional que pueda funcionar como tal. ¿Hay alguno en nuestra oración? Sí, "de religión", por lo que ese puede ser nuestro C.Reg. o Sup.
¿Y es fundamental ese sintagma preposicional para que el verbo tenga sentido? Por supuesto. No en vano, no es lo mismo "hablar" (acción de pronunciar palabras con nuestra garganta y nuestra boca) que "hablar de" (referirse a un tema en concreto en una conversación, ponencia, etc.). Además, si miráis el listado que os he proporcionado antes, encontraréis este caso entre los posibles que podéis hallar en una oración. Por tanto, es complemento de régimen o suplemento.
Homer piensa a menudo en cerveza.
Sí, estos razonamientos son bastante complejos, por lo que insisto en mi recomendación: estudiad el listado. Cuando tengáis un mayor manejo de la sintaxis, localizar los suplementos os resultará algo más sencillo; pero, por ahora, y ya que estáis empezando, optad por esta alternativa, ¿de acuerdo?
¿Preguntas? ¡Pues a los comentarios!
viernes, 20 de abril de 2018
4º ESO: El novecentismo y las vanguardias
Mientras la Generación del 98 se hallaba en pleno apogeo creativo, se dieron en España, a principios del siglo XX, otros movimientos literarios (algunos autóctonos y otros foráneos) que captaron la atención de los jóvenes escritores de nuestro país. Alguno resultó algo más conservador e intelectual, pero la mayoría destacó precisamente por lo contrario, a saber, por su capacidad de innovación. De esta forma, rompió con todos los cánones artísticos establecidos y creó una nueva sensibilidad que se cobraría suma importancia a lo largo de esta centuria.
No obstante, esta ruptura tardaría un poco más en llegar, apareciendo, en primer lugar, una generación de escritores, intelectuales, periodistas y políticos cuya principal preocupación, al igual que la del 98, era España; si bien había notables diferencias entre estos dos grupos de autores. A fin de cuentas, la del 98 era, sobre todo, pesimista y buscaba en la historia y la literatura españolas los males del país. Esta nueva hornada, llamada Generación del 14, tenía una visión más esperanzada sobre el futuro de España y apostaba por fijarse en Europa (europeísmo) para hallar allí los mecanismos de regeneración que precisaba nuestro país. A su vez, se olvidó por completo de Castilla y sus campos y se centró en la vida de las ciudades, motor de las revoluciones que se precisaban.
Y es que ese era el primordial objetivo de esta Generación del 14, también conocida como Novecentismo. Ya no se buscaban los problemas, sino las soluciones, las formas de cambiar el rumbo de España por medio de la vida cultural, el progreso científico y la racionalidad. Los ideales de libertad, educación y evolución se constituyeron en los baluartes del Novecentismo, cuyos integrantes no se limitaron a escribir: participaron activamente en todas las esferas de la vida pública (investigación, docencia, política, periodismo...) para hacer realidad ese cambio en España. Muchos fueron los nombres ilustres que se adscribieron a esta rama, como Gregorio Marañón, una de las mentes más privilegiadas en el campo de la Medicina; Manuel Azaña, quien sería presidente de España durante la II República; Ramón Pérez de Ayala, destacado ensayista y novelista; Salvador de Madariaga, Américo Castro, el sevillano Rafael Cansinos...
Sin embargo, el más destacado de todos ellos fue el madrileño José Ortega y Gasset, el filósofo más importante que ha dado España al mundo. "Yo soy yo y mi circunstancia" (es decir, que una persona es así debido a sus interacciones con el mundo que la rodea) es la base fundamental de su pensamiento, desarrollado en obras tan cruciales para la filosofía y la literatura como Meditaciones del Quijote, La rebelión de las masas, La deshumanización del arte o España invertebrada. Por medio de sus obras y sus conferencias se sentaron las bases del Novecentismo, dentro de las cuales, además de las ya expuestas, hay que destacar:
* El rechazo hacia lo sentimental y la exaltación de lo personal. Para los novecentistas, era crucial la supremacía de lo racional, la lógica y el intelectualismo.
* Un estilo cuidado, claro y pulcro, con una depuración máxima del lenguaje (frente a lo recargado que era el Modernismo).
* Una apuesta decidida por el ensayo y la novela, los géneros literarios más adecuados para la transmisión de la cultura e influir en la sociedad.
El Novecentismo fue, sin lugar a dudas, la corriente intelectual dominante en España hasta la Guerra Civil. A nivel artístico, con todo, no sucedió lo mismo. Fueron otros los movimientos que influyeron decisivamente en nuestros pintores, escritores..., que se adscribieron a estas nuevas corrientes, muchas de ellas venidas de una Europa descarnada y destrozada por la I Guerra Mundial. Este conflicto dejó una profunda huella psicológica en toda la sociedad europea, incapaz de conectar con el sentimentalismo previo y deseosa de encontrar una nueva manera de expresar sus inquietudes. La pintura fue la primera en romper con todo lo existente incluso antes de esta 'Gran Guerra' por medio de estéticas como la expresionista, la fauvista o, sobre todo, la cubista (a la que se unió el genial Pablo Ruiz Picasso); pero la literatura no le iría a la zaga y se volcaría, desde los años 10 hasta los 30, en proponer nuevas formas de concebir la lírica y la narrativa. Era el momento de las Vanguardias.
La palabra 'Vanguardia' se empezó a emplear en Francia con el objetivo de exigir a los artistas que dejasen de imitar el pasado y buscasen la originalidad por encima de todo. Era el momento de hacer arte por el arte, sin que este tuviese que amoldarse a unos patrones y a unos aspectos formales o temáticos ya predefinidos por los académicos. Era preciso, por tanto, experimentar continuamente, tanto en el uso de técnicas y materiales como en la selección de temas, apostándose de manera decidida por el mundo de los sueños, los deseos, lo subconsciente...
En literatura, este afán de innovación y ruptura llevó a los escritores europeos, en primer lugar, a rechazar tanto la métrica como la rima, dando paso a lo que se conoce como verso libre, esto es, aquel que no respeta ninguna regla de medida, mezclándose, al gusto del poeta, versos pentasílabos con otros de 11, 7, 20 sílabas... A su vez, frente a la claridad con la que siempre se apreciaban los temas en los textos literarios, el autor vanguardista se decanta por el hermetismo, es decir, por un escrito que sea difícil de descifrar, en el que importe incluso más la belleza estética de las palabras que el mensaje que transmiten. Incluso es posible que no se exprese idea alguna:
Mundo en un beso
El músico con baquetas de avellano cosidas en las mangas
Apacigua a un enjambre de jóvenes monos-leones
Que descendieron con gran estrépito de la cornisa
Todo se vuelve opaco veo pasar la carroza de la noche
Arrastrada por los ajolotes de zapatos azules
Que penetra resplandeciente por la violencia que conduce a la tumba
Pavimentada de párpados con sus pestañas
La ley del talión utiliza un pueblo de estrellas
Y tú te matizas para mí de un negro rocío
Mientras los horribles bornes mentales
Se hienden en el sentido de la longitud
Dando paso a unos penachos
Que miran al lago próximo
Los barrotes del espectáculo están maravillosamente retorcidos
Un largo huso de aire atestigua sólo la huida del hombre
De madrugada entre la ilustre alfalfa
La hora
Sólo es lo que hacen sonar las piezas de oro de la bohemia
En las aspas de coriaria
Una amazona de pie sobre un caballo tordo anaranjado al galope
Desde lejos los brazos están siempre en extensi6n lateral
El rombo polvoriento del forro me recuerda
La tienda decorada de bisontes azules
Por los indios de la almohada
Afuera el aire se prueba los guantes de muérdago
Sobre un mostrador de agua pura
Mundo en un beso limpio
Para mí las escamas
Las escamas de la gran tortuga celeste con vientre de hidrófilo
Que se debate cada noche en el amor
Con la gran tortuga negra la gigantesca escolopendra de raíces
Fijaos que los versos no respetan ninguna regla de métrica, rima o ni siquiera puntuación (no hay ni una coma, ni un punto). Es decir, el autor, el francés André Breton, ha apostado por el verso libre, con el cual ha expresado, de manera poco clara, sus ideas y sentimientos sobre la muerte y el amor. Para recrearlas, ha empleado imágenes oníricas (es decir, tan surrealistas que parecen propias de un sueño, como el enjambre de monos-leones); las asociaciones libres e incoherentes de palabras (Arrastrada por los ajolotes de zapatos azules -para quien no lo sepa, un ajolote es un anfibio del tamaño de una rana-); las enumeraciones caóticas; las metáforas puras; y los juegos de palabras.
El vanguardista incluso innovó en la presentación de sus textos, mostrándolos en forma de dibujos (caligramas), dejando espacios en blanco al azar, jugando con la tipografía...:
No obstante, esta ruptura tardaría un poco más en llegar, apareciendo, en primer lugar, una generación de escritores, intelectuales, periodistas y políticos cuya principal preocupación, al igual que la del 98, era España; si bien había notables diferencias entre estos dos grupos de autores. A fin de cuentas, la del 98 era, sobre todo, pesimista y buscaba en la historia y la literatura españolas los males del país. Esta nueva hornada, llamada Generación del 14, tenía una visión más esperanzada sobre el futuro de España y apostaba por fijarse en Europa (europeísmo) para hallar allí los mecanismos de regeneración que precisaba nuestro país. A su vez, se olvidó por completo de Castilla y sus campos y se centró en la vida de las ciudades, motor de las revoluciones que se precisaban.
Y es que ese era el primordial objetivo de esta Generación del 14, también conocida como Novecentismo. Ya no se buscaban los problemas, sino las soluciones, las formas de cambiar el rumbo de España por medio de la vida cultural, el progreso científico y la racionalidad. Los ideales de libertad, educación y evolución se constituyeron en los baluartes del Novecentismo, cuyos integrantes no se limitaron a escribir: participaron activamente en todas las esferas de la vida pública (investigación, docencia, política, periodismo...) para hacer realidad ese cambio en España. Muchos fueron los nombres ilustres que se adscribieron a esta rama, como Gregorio Marañón, una de las mentes más privilegiadas en el campo de la Medicina; Manuel Azaña, quien sería presidente de España durante la II República; Ramón Pérez de Ayala, destacado ensayista y novelista; Salvador de Madariaga, Américo Castro, el sevillano Rafael Cansinos...
Sin embargo, el más destacado de todos ellos fue el madrileño José Ortega y Gasset, el filósofo más importante que ha dado España al mundo. "Yo soy yo y mi circunstancia" (es decir, que una persona es así debido a sus interacciones con el mundo que la rodea) es la base fundamental de su pensamiento, desarrollado en obras tan cruciales para la filosofía y la literatura como Meditaciones del Quijote, La rebelión de las masas, La deshumanización del arte o España invertebrada. Por medio de sus obras y sus conferencias se sentaron las bases del Novecentismo, dentro de las cuales, además de las ya expuestas, hay que destacar:
* El rechazo hacia lo sentimental y la exaltación de lo personal. Para los novecentistas, era crucial la supremacía de lo racional, la lógica y el intelectualismo.
* Un estilo cuidado, claro y pulcro, con una depuración máxima del lenguaje (frente a lo recargado que era el Modernismo).
* Una apuesta decidida por el ensayo y la novela, los géneros literarios más adecuados para la transmisión de la cultura e influir en la sociedad.
El Novecentismo fue, sin lugar a dudas, la corriente intelectual dominante en España hasta la Guerra Civil. A nivel artístico, con todo, no sucedió lo mismo. Fueron otros los movimientos que influyeron decisivamente en nuestros pintores, escritores..., que se adscribieron a estas nuevas corrientes, muchas de ellas venidas de una Europa descarnada y destrozada por la I Guerra Mundial. Este conflicto dejó una profunda huella psicológica en toda la sociedad europea, incapaz de conectar con el sentimentalismo previo y deseosa de encontrar una nueva manera de expresar sus inquietudes. La pintura fue la primera en romper con todo lo existente incluso antes de esta 'Gran Guerra' por medio de estéticas como la expresionista, la fauvista o, sobre todo, la cubista (a la que se unió el genial Pablo Ruiz Picasso); pero la literatura no le iría a la zaga y se volcaría, desde los años 10 hasta los 30, en proponer nuevas formas de concebir la lírica y la narrativa. Era el momento de las Vanguardias.
La palabra 'Vanguardia' se empezó a emplear en Francia con el objetivo de exigir a los artistas que dejasen de imitar el pasado y buscasen la originalidad por encima de todo. Era el momento de hacer arte por el arte, sin que este tuviese que amoldarse a unos patrones y a unos aspectos formales o temáticos ya predefinidos por los académicos. Era preciso, por tanto, experimentar continuamente, tanto en el uso de técnicas y materiales como en la selección de temas, apostándose de manera decidida por el mundo de los sueños, los deseos, lo subconsciente...
En literatura, este afán de innovación y ruptura llevó a los escritores europeos, en primer lugar, a rechazar tanto la métrica como la rima, dando paso a lo que se conoce como verso libre, esto es, aquel que no respeta ninguna regla de medida, mezclándose, al gusto del poeta, versos pentasílabos con otros de 11, 7, 20 sílabas... A su vez, frente a la claridad con la que siempre se apreciaban los temas en los textos literarios, el autor vanguardista se decanta por el hermetismo, es decir, por un escrito que sea difícil de descifrar, en el que importe incluso más la belleza estética de las palabras que el mensaje que transmiten. Incluso es posible que no se exprese idea alguna:
Mundo en un beso
El músico con baquetas de avellano cosidas en las mangas
Apacigua a un enjambre de jóvenes monos-leones
Que descendieron con gran estrépito de la cornisa
Todo se vuelve opaco veo pasar la carroza de la noche
Arrastrada por los ajolotes de zapatos azules
Que penetra resplandeciente por la violencia que conduce a la tumba
Pavimentada de párpados con sus pestañas
La ley del talión utiliza un pueblo de estrellas
Y tú te matizas para mí de un negro rocío
Mientras los horribles bornes mentales
Se hienden en el sentido de la longitud
Dando paso a unos penachos
Que miran al lago próximo
Los barrotes del espectáculo están maravillosamente retorcidos
Un largo huso de aire atestigua sólo la huida del hombre
De madrugada entre la ilustre alfalfa
La hora
Sólo es lo que hacen sonar las piezas de oro de la bohemia
En las aspas de coriaria
Una amazona de pie sobre un caballo tordo anaranjado al galope
Desde lejos los brazos están siempre en extensi6n lateral
El rombo polvoriento del forro me recuerda
La tienda decorada de bisontes azules
Por los indios de la almohada
Afuera el aire se prueba los guantes de muérdago
Sobre un mostrador de agua pura
Mundo en un beso limpio
Para mí las escamas
Las escamas de la gran tortuga celeste con vientre de hidrófilo
Que se debate cada noche en el amor
Con la gran tortuga negra la gigantesca escolopendra de raíces
Fijaos que los versos no respetan ninguna regla de métrica, rima o ni siquiera puntuación (no hay ni una coma, ni un punto). Es decir, el autor, el francés André Breton, ha apostado por el verso libre, con el cual ha expresado, de manera poco clara, sus ideas y sentimientos sobre la muerte y el amor. Para recrearlas, ha empleado imágenes oníricas (es decir, tan surrealistas que parecen propias de un sueño, como el enjambre de monos-leones); las asociaciones libres e incoherentes de palabras (Arrastrada por los ajolotes de zapatos azules -para quien no lo sepa, un ajolote es un anfibio del tamaño de una rana-); las enumeraciones caóticas; las metáforas puras; y los juegos de palabras.
El vanguardista incluso innovó en la presentación de sus textos, mostrándolos en forma de dibujos (caligramas), dejando espacios en blanco al azar, jugando con la tipografía...:
Muchos fueron los movimientos de vanguardia (o ismos) que se desarrollaron en Europa, como el futurismo en Italia; el constructivismo en la URSS; el dadaísmo en Alemania y Francia... No obstante, en esta entrada tan solo nos vamos a centrar en los que se dieron en España, a saber:
1) El ramonismo, creado por Ramón Gómez de la Serna. Este escritor destacó siempre por su originalidad y su concepción del arte y la literatura como un juego, lo que dio lugar a su principal creación: las greguerías. Estas consistían en definiciones de objetos comunes por medio de metáforas humorísticas (y otros recursos como las personificaciones, los juegos de palabras o los símiles), asociando así la imagen real a una más ingeniosa y divertida. De esta forma, entendió que "el sol es la luna vestida de fiesta"; que "la morcilla es un chorizo lúgubre"; que "el agua se suelta el pelo en las cascadas"; o que "roncar es tomar ruidosamente sopa de sueños".
2) El creacionismo, impulsado por el chileno Vicente Huidobro, que destaca por la creación del ritmo en los poemas por medio de la tipografía (los tipos y estilos de letra) y la colocación concreta y cuidada de palabras en el texto. Los creacionistas se consideran a sí mismos dioses que, por medio de las palabras y las imágenes superpuestas, consiguen crear una realidad artística nueva, distinta a la Naturaleza:
Una cruz
se ha venido al suelo
Un grito quebró las ventanas
Y todos se inclinan
sobre el último aeroplano
El viento
que había limpiado el aire
Naufragó en las primeras olas
La vibración
persiste aún
sobre las nubes
Y el tambor
llama a alguien
Que nadie conoce
Palabras
tras los árboles
La linterna que alguien agitaba
era una bandera
Alumbra tanto como el sol
Pero los gritos que atraviesan los techos
no son de rebeldía
A pesar de los muros que sepultan
LA CRUZ DEL SUR
Es el único avión
que subsiste
3) El ultraísmo, promovido por el sevillano Rafael Cansinos, fue una reacción al Modernismo. Para el ultraista, es imprescindible romper con el discurso lógico en los poemas y los textos por medio de la metáfora, que se desarrolló de manera especial en este movimiento. Se tiende al verso libre y a la renovación tipográfica, igual que el creacionismo (de hecho, Huidobro fue, en sus orígenes, ultraista). En esta corriente hay que destacar al argentino Jorge Luis Borges, uno de los escritores más destacados del siglo XX en todo el mundo.
4) El surrealismo, "nacido" en Francia de la mano de André Breton, a quien ya habéis leído con anterioridad. Escindido del dadaísmo (que defendía el caos y la ausencia de lógica en sus textos), el surrealismo buscaba expresar las emociones más básicas del ser humano por medio de imágenes sugerentes que evocasen al mundo irracional de los sueños (donde, según Sigmund Freud, padre de la psicología moderna, se manifestaban de verdad nuestros deseos). La razón, la moral o la estética no pueden controlar al artista, que ha de, en esencia, escribir, pintar o esculpir de forma automática, sin pensar ni dejarse aprisionar por las exigencias de la sociedad. La imaginación, el sueño, lo irracional y lo inconsciente son las únicas herramientas que ha de emplear el artista para expresarse. De ahí que los surrealistas apuesten por la metáfora pura, las enumeraciones caóticas, la escritura automática, el collage y otras técnicas que hemos mencionado al analizar el poema de Breton. Salvador Dalí, en pintura, y Luis Buñuel, en cine, fueron sus principales exponentes, destacando en literatura autores como el chileno Pablo Neruda, premio Nobel de Literatura; el mexicano Octavio Paz, también Nobel de Literatura; y buena parte de la Generación del 27, a la que estudiaremos próximamente.
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