jueves, 20 de octubre de 2022

1º ESO: Tipos de narrador

Uno de los asuntos más complejos a la hora de analizar una narración es el tipo de narrador que presenta. No es para menos: hay distintas clases y distinguirlas puede resultar complicado. Con todo, vamos a intentar en esta entrada que las comprendáis bien. 

Para empezar, debemos señalar que existen dos clases primordiales de narrador:


 

En el primer vídeo habréis percibido que Homer es el narrador de la historia, es decir, un personaje de la narración es el que asume la función de narrador. Lo sabemos porque utiliza frecuentemente verbos y pronombres en primera persona ("meditaba yo"; "cabeceaba"; "oí"). A esto lo conocemos como narrador interno o en primera persona.

Por el contrario, en el segundo, la narradora era Hermione, la cual no forma parte de la historia de los tres hermanos. Al contrario, se encuentra fuera de ella. Es, por consiguiente, un narrador externo o en 3ª persona, dado que emplea verbos y pronombres que, efectivamente, están en 3ª persona: "había", "viajaban", "llegaron", "agitaron", "hicieron"...

Dentro de ese narrador externo, existen otras dos subcategorías, a saber:

* El narrador externo objetivo es aquel que cuenta una historia mientras va viendo cómo se desarrolla en el presente. Por tanto, solo puede contar lo que está pasando ahora mismo, sin poder remontarse al pasado o al futuro. Tampoco sabe lo que los personajes sienten o piensan. Un ejemplo lo tenemos en esta narración:

 
El periodista Manolo Lama no tenía ni idea de cómo iba a acabar la jugada de España cuando Jesús Navas cogió el balón en la banda. De hecho, se lo oye resoplar cuando la defensa holandesa despeja el centro de Torres. Por eso es un narrador externo (no está jugando con los futbolistas, a fin de cuentas) objetivo: solo sabe lo que pasa en el presente y nada más. Y eso es lo único que nos puede contar.

* El narrador externo omnisciente. La palabra 'omnisciente' procede del latín 'omnis', que significa 'todo'; y 'scientia' (ciencia, conocimiento). Por tanto, un narrador omnisciente es el que lo conoce todo y puede contarle al lector-espectador todo. Así, un narrador omnisciente puede mostrar no solo el presente, sino también el pasado y el futuro; puede contarte los secretos de los personajes; y puede revelar sus sentimientos y sus pensamientos. Aquí tendríamos un buen ejemplo:

 

El narrador, para empezar, es externo, dado que no es un personaje de la historia y emplea verbos en 3ª persona ("vivía", "era"). Acto seguido, sabemos que es omnisciente porque te cuenta cómo son los sentimientos del príncipe en todo momento: egoísta y consentido al principio; repugnado al ver el aspecto horrible de la anciana; arrepentido cuando ve al hada en su forma verdadera; desesperanzado cuando ve que la rosa se marchita... Asimismo, revela cómo el hada no ve amor en el corazón del príncipe (un narrador objetivo es incapaz de percibir esos sentimientos). Por eso sabemos que es omnisciente. 

En resumidas cuentas, para distinguir un narrador omnisciente de uno objetivo, debemos tener en cuenta que:

1) El objetivo solo puede contar lo que pasa en el presente y, por tanto, todos los verbos estarán en presente.

2) El omnisciente puede hablar del presente, el pasado y el futuro, por lo que podrá utilizar cualquier tiempo verbal.

3) Como un narrador omnisciente puede narrar en cualquier tiempo, puede dar saltos temporales, es decir, puede viajar del presente al pasado; o del presente al futuro si así lo desea.

4) Un narrador objetivo solo puede contar lo que ve, así que desconoce los pensamientos y los sentimientos de los personajes.

5) Un narrador omnisciente lo sabe todo: sentimientos, pensamientos, secretos... Por tanto, si vemos cualquier verbo que indique emociones (amar, odiar, gustar, alegrar, entristecer, etc.) o pensamientos (pensar, recordar, soñar, etc.), estaremos ante un narrador omnisciente.

Veamos algunos ejemplos:

 

El cuento de los tres hermanos, contado por Hermione, tendría un narrador externo, tal como explicamos anteriormente. Asimismo, ese narrador sería omnisciente, dado que sabe cómo se siente la Muerte cuando los hermanos crean el puente (contrariada). También nos revela que la Muerte finge felicitarles: si fuera objetivo, no sabría que la Muerte estaba mintiendo en ese momento a los hermanos. Igualmente, el narrador pega un salto temporal de muchos años para contarnos el final de la historia.
 

Este de aquí sería un narrador externo (no forma parte de la historia) y objetivo. A fin de cuentas, nos va mostrando la historia con su cámara a medida que esta va sucediendo; y en ningún momento nos revela lo que va a pasar al final (Putin destruyendo el mundo con las zapatillas). Si hubiera sido omnisciente, en algún momento nos lo habría dejado caer.
 

De nuevo estaríamos ante un narrador externo objetivo: el narrador, al principio de la historia, ignora que el chico posee poderes. De hecho, no nos lo revela hasta que el mismo protagonista los utiliza por primera vez para coger sus llaves. Uno omnisciente nos habría dicho desde el planteamiento que el chico tenía esas habilidades psíquicas y que por eso lo perseguían. Del mismo modo, el narrador nos cuenta la historia a medida que esta va ocurriendo.
  Esto de aquí sería un narrador externo omnisciente: sabe que la princesa sufrió un hechizo en el pasado y que el dragón que la custodia es terrible. También nos cuenta que la princesa sigue esperando a que la rescate su amor verdadero para darle su primer beso. Un narrador objetivo solo sabría que hay un castillo con un dragón, y nada más (no vería si la princesa está viva, ni lo que ella siente o está esperando).
  Obviamente, esto es un narrador interno: la que cuenta la historia es un personaje (Alegría) y lo hace con verbos y pronombres en primera persona.


Y esto de aquí sería un narrador externo objetivo. Las razones son varias: en ningún momento sabe cómo va a acabar el partido. Ni siquiera sabe que Diego Carlos meterá su espectacular gol de chilena en la jugada a balón parado que dará al Sevilla el título. Solo nos cuenta lo que va pasando en el campo a medida que el partido transcurre. Tampoco nos revela cómo se sienten los futbolistas o qué piensan.

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