Cuando hablamos del sol, el concepto que entendemos es este:
Estrella luminosa, centro de nuestro sistema planetario
Todas las civilizaciones y países del planeta Tierra comparten este significado de la palabra 'sol', que es el que aparece en los diccionarios, enciclopedias, Internet... Cualquiera entiende, en su idioma materno, lo que es el sol, puesto que ese es su significado denotativo (o sentido literal). Sin embargo, con la oración:
Eres un sol.
Los españoles no queremos decir que esa persona sea una estrella luminosa que se encuentra en el centro del sistema solar. Lo que realmente pretendemos transmitir es que esa persona es agradable, simpática y amigable. Lamentablemente, esa expresión solo se emplea en España; únicamente nosotros le damos a la palabra 'sol' ese sentido, por lo que alguien que no conozca la cultura española jamás podrá comprenderlo. Sucede lo mismo con la frase hecha inglesa:
Está lloviendo perros y gatos.
Cualquiera que haya tenido algún contacto con la cultura británica sabe que, en esa oración, 'perros y gatos' no hace referencia a esos animales mamíferos domésticos (esto es, a los significados denotativos de esas palabras); sino que equivale a 'mucho'. Por desgracia, aquel que no esté familiarizado con las expresiones inglesas no será capaz de entender esta oración. A esos significados que algunos hablantes o culturas comprenden, pero que no todo el mundo comparte (y, por consiguiente, entiende), los denominamos connotativos (o sentido figurado).
* Una vez comprendidos estos conceptos, veamos algunas relaciones semánticas nuevas:
1) La hominimia es un fenómeno por el que dos palabras que poseen distintos significados suenan o se escriben igual. En este sentido, hay que destacar dos casos distintos:
- Las palabras homófonas, que son aquellas que suenan igual ('homo' = 'igual'; 'fonos' = 'sonido'), pero se escriben de distinta manera y, además, significan algo diferente. Hay muchos ejemplos en castellano, como 'ola' (ondas de agua que se mueven en la superficie de los mares) y 'hola' (saludo); 'valla' (verja que delimita un terreno) y 'baya' (fruto silvestre); 'tubo' (objeto cilíndrico de metal) y 'tuvo' (verbo tener)... Dado que se escriben de manera distinta, son muy fáciles de identificar.
- Las palabras homógrafas, que son aquellas que suenan y se escriben igual ('homo' = 'igual'; 'grafos' = 'escritura'), pero que presentan distintos significados. Por lo general, estas palabras homógrafas se pueden distinguir porque pertenecen a categorías morfológicas diversas. Por ejemplo:
Toma (sustantivo) - Toma (verbo)
Para (preposición) - Para (verbo)
Sal (sustantivo) - Sal (verbo)
2) La sinonimia, que ya estudiamos el año pasado, consta de dos tipos:
a) La sinonimia total, es decir, dos palabras que tienen exactamente el mismo significado y, en consecuencia, se pueden intercambiar en cualquier oración o texto. Algunos ejemplos serían 'burro' y 'asno'; 'iniciar' y 'comenzar'; 'terminar' y 'finalizar'; 'pájaro' y 'ave'... En todos estos casos, no hay ninguna diferencia entre el significado de una palabra y el de la otra.
b) La sinonimia parcial, que es la más común. Esta consiste en dos palabras que tienen significados muy similares, pero que no son iguales. Por ejemplo, 'hombre' y 'caballero' son sinónimos parciales, puesto que significan algo parecido, aunque no transmitan exactamente el mismo sentido: todos los varones humanos son hombres; solo los que están bien educados se consideran caballeros. Esto también sucede con 'pequeño' y 'diminuto'; 'amigo' y 'colega'; 'gordo' y 'obeso', etcétera.
3) La antonimia dispone, por su parte, de tres clases diferenciadas:
I) La antonimia gradual, que se produce cuando entre una palabra y su antónimo existen grados intermedios. Por ejemplo:
Congelado - Frío - Templado - Caliente - Ardiente
O también:
Bebé - Niño - Adolescente - Joven - Adulto - Mayor - Anciano
II) La antonimia complementaria, que implica que no pueden existir las dos palabras al mismo tiempo. Algunos ejemplos serían 'vivo' y 'muerto'; 'masculino' y 'femenino'; 'singular' y 'plural'...
III) La antonimia recíproca, por la cual la existencia de una palabra implica forzosamente la de su antónima. Si una no existe, la otra tampoco podrá hacerlo. Por ejemplo, 'comprar' y 'vender' serían antónimas recíprocas, puesto que, para que alguien pueda comprar, antes tiene que haber alguien que venda; y para que uno venda, necesita alguien que compre.
4) Los hiperónimos y los hipónimos, por último, estarían relacionados con los campos semánticos. De este modo, podríamos definir el hiperónimo como el nombre que recibe un campo semántico, es decir, la palabra más general que engloba a las demás. Por el contrario, los hipónimos serían todas aquellas palabras que conforman dicho campo; en otras palabras, aquellas que tienen un significado más concreto y reducido. Por ejemplo:
* Fútbol, baloncesto, hockey, waterpolo y atletismo serían los hipónimos del hiperónimo 'deportes'.
* Perro, gato, ratón, elefante y león serían los hipónimos del hiperónimo 'animales'.
* Blanco, rojo, negro, azul y naranja serían los hipónimos del hiperónimo 'colores'.
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