lunes, 28 de mayo de 2018

4º ESO: Solución al comentario de Lorca

(Aparecen Leonardo y la novia.)

Leonardo: ¡Calla!

Novia:
Desde aquí yo me iré sola.
¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas!
Leonardo:
¡Calla, digo!
Novia:
Con los dientes,
con las manos, como puedas.
quita de mi cuello honrado
el metal de esta cadena,
dejándome arrinconada
allá en mi casa de tierra.
Y si no quieres matarme
como a víbora pequeña,
pon en mis manos de novia
el cañón de la escopeta.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Leonardo:
Ya dimos el paso; ¡calla!
porque nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.
Novia:
¡Pero ha de ser a la fuerza!
Leonardo:
¿A la fuerza? ¿Quién bajó
primero las escaleras?
Novia:
Yo las bajé.
Leonardo:
¿Quién le puso
al caballo bridas nuevas?
Novia:
Yo misma. Verdad.
Leonardo:
¿Y qué manos
me calzaron las espuelas?
Novia:
Estas manos que son tuyas,
pero que al verte quisieran
quebrar las ramas azules
y el murmullo de tus venas.
¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!
Que si matarte pudiera,
te pondría una mortaja
con los filos de violetas.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
Leonardo:
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
Novia:
(...)
He dejado a un hombre duro
y a toda su descendencia
en la mitad de la boda
y con la corona puesta.
Para ti será el castigo
y no quiero que lo sea.
¡Déjame sola! ¡Huye tú!
No hay nadie que te defienda.
Leonardo:
Pájaros de la mañana
por los árboles se quiebran.
La noche se está muriendo
en el filo de la piedra.
Vamos al rincón oscuro,
donde yo siempre te quiera,
que no me importa la gente,
ni el veneno que nos echa.
(La abraza fuertemente.)

Novia:
Y yo dormiré a tus pies
para guardar lo que sueñas.
Desnuda, mirando al campo,
como si fuera una perra, (Dramática.)
¡porque eso soy! Que te miro
y tu hermosura me quema.
Leonardo:
Se abrasa lumbre con lumbre.
La misma llama pequeña
mata dos espigas juntas.
¡Vamos!
(La arrastra.)

Novia:
¿Adónde me llevas?
Leonardo:
A donde no puedan ir
estos hombres que nos cercan.
¡Donde yo pueda mirarte!
(...)

Novia: ¿Oyes?

Leonardo: Viene gente.

Novia:
¡Huye!
Es justo que yo aquí muera
con los pies dentro del agua,
espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas.
mujer perdida y doncella.
Leonardo: Cállate. Ya suben.

Novia: ¡Vete!

Leonardo:
Silencio. Que no nos sientan.
Tú delante. ¡Vamos, digo!
(Vacila la novia)

Novia: ¡Los dos juntos!

Leonardo: (Abrazándola)
¡Como quieras!
Si nos separan, será
porque esté muerto.
Novia:
Y yo muerta.
(Salen abrazados. Aparece la luna muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados y se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la mendiga y queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro, como un gran pájaro de alas inmensas. La luna se detiene. El telón baja en medio de un silencio absoluto.)

1.- Tema

Las consecuencias funestas del amor prohibido y la pasión desenfrenada.

2.- Resumen

El fragmento comienza con una Novia arrepentida de su fuga con Leonardo, al que culpa de la deshonra que esa acción le va a conllevar. Ambos discuten por este motivo hasta que, finalmente, ambos admiten que son sus sentimientos incontrolables los que los han llevado a esa situación tan extrema. Ante la posibilidad de que los encuentren, los dos deciden continuar con su huida o morir juntos, si no hubiera otro remedio, una fatalidad que, eventualmente, se cumple.

3.- Estructura externa

Nos encontramos ante un texto dramático o teatral, puesto que la acción no avanza gracias a la intervención de un narrador; sino por medio de los diálogos y las interacciones de los personajes que aparecen en la escena. Más concretamente, se trata del subgénero teatral conocido como tragedia, puesto que el final de la historia es desgarrador, con la muerte de dos de sus protagonistas; la deshonra sobre la Novia; y la tristeza y el luto sobre la Madre.

Al tratarse de un texto dramático, podemos distinguir dos tipos de elementos textuales típicos de este género, a saber:

* Los diálogos, que prácticamente ocupan la escena entera y permiten el desarrollo de la historia:

Leonardo:
Ya dimos el paso; ¡calla!
porque nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.
Novia:
¡Pero ha de ser a la fuerza!
Leonardo:
¿A la fuerza? ¿Quién bajó
primero las escaleras?
Novia:
Yo las bajé.
Leonardo:
¿Quién le puso
al caballo bridas nuevas?
* Las acotaciones, las cuales, entre paréntesis, indican el vestuario, la decoración, los efectos especiales y las acciones que llevan a cabo los personajes:

(Salen abrazados. Aparece la luna muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados y se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la mendiga y queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro, como un gran pájaro de alas inmensas. La luna se detiene. El telón baja en medio de un silencio absoluto.)

4.- Estructura interna

Podemos dividir este texto dramático en 3 partes:

* La primera, que comprendería las primeras 29 líneas, actúa como una introducción de la escena, en la que se nos muestra el arrepentimiento de la Novia, quien se preocupa más por lo que pensara la gente de Leonardo y ella que de sus sentimientos por él. Las opresivas convenciones sociales bajo las que ha vivido toda su existencia hacen, por tanto, acto de presencia en la Novia para intentar disuadirla de que siga su corazón.

* La segunda, que iría desde la línea 29 hasta la 51, en la que la pasión se apodera de ambos personajes de manera definitiva. De esta manera, por medio de una acalorada (y casi violenta) discusión, ambos aceptan lo que sienten por el otro; se dejan llevar por dichos sentimientos; y, renunciando a las consecuencias, aceptan compartir su destino.

* La tercera (conformada por las últimas líneas) muestra el grado de unión y complicidad de Leonardo y la Novia, quien vislumbra el fatal desenlace. Es por ello que ella desea salvar la vida a su amado, aun a costa de su bienestar. Finalmente, su pasión actúa como un ancla que los conduce, inevitablemente, a la muerte y a la desgracia.

5.- Recursos literarios

* Repetición: ¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!

* Antítesis: ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!

* Metáfora: quita de mi cuello honrado
el metal de esta cadena,
dejándome arrinconada
allá en mi casa de tierra.

* Símil o comparación: Y si no quieres matarme
como a víbora pequeña

* Hipérbole: ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!

* Personificación:  que me lloren las hojas.
mujer perdida y doncella.

* Símbolo: Luna, metal, sangre, hierba y verde = muerte

Caballo y tierra = pasión y erotismo

6.- Relación contextual

Nos encontramos ante un fragmento de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, uno de los miembros más destacados de la Generación del 27, nombre con el que se designa a este grupo de poetas (en su mayoría, de origen andaluz o vinculados con Andalucía) que comenzó a publicar sus obras a finales de la década de los 20. Se escoge 1927 como fecha de referencia para este colectivo literario debido al acto conmemorativo que los reunió, en diciembre de ese año, en el Ateneo de Sevilla para homenajear a Luis de Góngora. El poeta cordobés, junto a la lírica popular, Juan Ramón Jiménez y las vanguardias (esencialmente el Surrealismo), fueron las principales fuentes de inspiración para estos autores.

Estilísticamente, el texto escogido se constituye como una de las escenas que mejor representa la intensidad dramática de Bodas de sangre y, en general, de toda la producción teatral lorquiana. Esto se aprecia en la abundancia de exclamaciones y verbos en imperativo (¡Vete! ¡Aparta!), los cuales aparecen casi siempre en boca de la Novia, quien, por medio de esos elementos lingüísticos, cae en continuas contradicciones (¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!). Es de esta forma como Federico García Lorca revela la lucha interna de este personaje. La Novia, en esta escena, se enfrenta a un serio debate moral: dejarse arrastrar por sus deseos; o, por el contrario, atenerse al castigo que se merece por infringir las normas sociales. Suceda lo que suceda, ella siempre será una víctima: o bien de la pasión de Leonardo por ella; o de las convenciones que exigirán su vida a cambio de la deshonra infligida al Novio y a su familia.

Por tanto, he aquí uno de los rasgos más significativos del teatro lorquiano: su solidaridad con las mujeres. En la España rural que tan bien conocía Lorca, el papel de la mujer estaba completamente acotado a ser hija, esposa y madre. Sin derechos reales, ni igualdad frente al hombre ni posibilidades de quitarse ese yugo que la sociedad le imponía, la mujer acababa siempre sometiéndose a la voluntad de sus padres y sus maridos. A veces incluso de los propios hijos varones, como queda reflejado en Bodas de sangre en la relación existente entre el Novio y la Madre. Es por ello que Lorca (también 'preso' de una sociedad que no aceptaba la homosexualidad) simpatiza con ellas y las muestra como víctimas de una sociedad que no las deja ser libres. Las mujeres acaban siempre sometidas a los deseos del hombre, lo que, evidentemente, las lleva a la infelicidad y a la ruina

Sin embargo, los personajes femeninos de Lorca, a diferencia de lo que sucedería en la realidad, reaccionan ante tamaña injusticia y tratan de vivir su vida sin ninguna clase de atadura moral o social. Ellas se dejan llevar por sus pasiones y sus sentimientos, como le sucede a la Novia, quien, a pesar de una resistencia inicial algo fútil, acaba admitiendo su amor desmesurado por Leonardo. Juntos se fugan a pesar de que él sea un hombre casado y con un hijo; y que ella acabe de contraer matrimonio con otro hombre. Es lo que ambos anhelan e intentan luchar por hacerlo realidad, incluso aunque eso implique el destierro, la deshonra o la muerte. Lamentablemente, enfrentarse a una sociedad que constriñe tanto a los apasionados conlleva siempre un destino fatal. Y este caso no es ninguna excepción: Leonardo y el Novio morirán apuñalados; la Novia se quedará sola, rechazada por todos (incluida su propia familia); y a la Madre del Novio únicamente le quedará llorar a sus hijos muertos hasta que a ella le llegue su hora.

Esta visión trágica de la vida será otra de las características más importante del teatro de un Federico García Lorca que recupera, con esta obra, la esencia de su Romancero gitano. No en vano, ambienta la acción en una Andalucía rural y atrasada, en la que la muerte ronda en cada esquina; y emplea múltiples recursos ya vistos en su poemario. Así, de entre las figuras retóricas ya expuestas con anterioridad, destacan las repeticiones (¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza!), herencia de la lírica popular que influyó en el Romancero y que aportan una considerable musicalidad al texto; y, sobre todo, los símbolos. Este recurso tan típico del Romancero aparece continuamente en este fragmento (y en toda la obra), sobresaliendo, en este sentido, la luna, una vez más personificada para acompañar a la Muerte (la mendiga) en su anhelo por ver el duelo fatal entre Leonardo y el Novio. 

Por tanto, huelga decir que la luna mantiene su funesta carga de significado, que compartirá con otros elementos simbólicos, como, por ejemplo, las navajas. Estas armas, hechas de metal frío e inerte, también representan a la muerte, que se vislumbra, además, por medio de la sangre que fluye fuera de los cuerpos de Leonardo y el Novio; las hierbas (y el sueño me fue llenando las carnes de mala hierba); y, finalmente, el color verde. También la pasión, tan crucial en esta escena, presenta sus símbolos, sobresaliendo el del caballo. "Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta", confiesa Leonardo, quien desvela, de esta forma, todo lo que siente por la Novia: una atracción animal e irrefrenable. El mismo caballo hace acto de presencia en la discusión inicial entre Leonardo y la Novia, sirviendo de hilo conductor para que ella, al final, se dé cuenta de la realidad: que ella siente tanto amor desenfrenador por Leonardo como él por ella. La tierra, por último, servirá para reforzar esa idea de pasión desbocada.

7.- Relación con la actualidad u otros movimientos literarios

* Relación entre el estilo de Federico García Lorca con el de otros autores de la Generación del 27: semejanzas y diferencias.

* Exposición de lo que tienen en común todas las mujeres del teatro lorquiano: Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba, Yerma...

* Comparación entre Lorca y Ramón María del Valle-Inclán: estilo, temas...

* Distinciones y similitudes entre el teatro romántico y el lorquiano.

* Relación entre el estilo de Lorca y el de Juan Ramón Jiménez.

* Diferencias entre el teatro ilustrado y el de Lorca.

* Uso del símbolo y la metáfora desde Bécquer hasta la Generación del 27.

* Reflexión sobre el papel de la mujer en la literatura en español hasta la llegada de Lorca.

* Análisis crítico de la situación social que vivía la Novia y la actual que una mujer disfruta.

* Exposición sobre la evolución del sexismo y el machismo desde los tiempos de Lorca hasta la actualidad.

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