viernes, 22 de enero de 2016

3º ESO: El teatro renacentista

El Renacimiento trajo consigo la recuperación de la cultura grecolatina en Europa. De esta forma, la escultura europea pasó de esto:


A esto:


El arte y la ciencia recobraron la proporción áurea y otras teorías que permitieron el desarrollo, en pintura, de la perspectiva:

Y, en el ámbito científico, el descubrimiento de cómo funcionaba nuestro propio Sistema Solar, en buena medida gracias a los estudios de Galileo Galilei y Johannes Kepler:



También hemos visto ya cómo se recuperan subgéneros narrativos y líricos, temas y tópicos en el arte en general, y en la literatura en particular; así como la filosofía de Socrates, Platón... Se trata de toda una revolución intelectual (Humanismo), social y cultural que, desde luego, va a tener su repercusión en el mundo del entretenimiento. No en vano, en esta etapa histórica también se recuperará un género literario ciertamente abandonado durante la Edad Media, pero que gozó de fama y prestigio tanto en Grecia (donde surge) como en Roma: el teatro.


Es en Italia, cómo no, donde el teatro realizará su triunfal y definitiva reaparición. Frente a los autos sacramentales medievales, de temática exclusivamente religiosa y organizados en fechas señaladas (Navidad, Semana Santa...), el nuevo teatro renacentista italiano abandona el catolicismo como fuente de inspiración y empieza a utilizar, como en las comedias romanas, un estilo más sencillo y divertido, con abundantes enredos (amorosos) entre sus personajes. Eso le permitió ganar popularidad con rapidez y facilidad, recuperando los italianos el gusto por ir a una representación teatral para pasar un buen rato. Esto es, el teatro se convierte en un entretenimiento de masas.

Dentro de este teatro secular, hay que destacar dos estilos:

* La comedia italiana, que podía ser de enredo o de costumbres (la cual criticaba la sociedad de la época).

* La Commedia dell'Arte:



Como habéis visto, se trataban de espectáculos cómicos y satíricos, en el que los mismos personajes (Arlequín, Colombina, Polichinela..., disfrazados siempre con las mismas máscaras) presentaban una situación de enredo amoroso salpicada de chistes, burlas a la sociedad, improvisaciones, magia, peleas, intrigas... Todo valía para hacer reír al espectador.

Y estas compañías italianas no se quedaron en su país, sino que vinieron a España a vender esta nueva forma de espectáculo, la cual, por supuesto, encantó al público español. Pronto los grandes corrales de las casas (patios enormes interiores) acogieron por un módico precio obras propiamente españolas. A falta de teatros ordinarios, estos corrales de comedias se convirtieron en el principal foco teatral de nuestro país, ofreciéndose piezas divertidas y sencillas, con el único objetivo de entretener a la gente que acudiera a verlas.

Dos autores brillaron con luz propia en este período:

A) Bartolomé de Torres Naharro


Padre teórico del teatro moderno español, defendió que las obras se escribieran para ser representadas (a diferencia de La Celestina), con un argumento entretenido en cinco actos que puede mezclar lo cómico y lo trágico. Por último, toda obra debía tener, como máximo, 12 personajes.

B) Lope de Rueda


Tras haber trabajado en varias compañías italianas, el sevillano Lope de Rueda compuso sus propias obras de teatro llamadas pasos. Escritos en prosa, estos pasos eran piezas breves completamente cómicas, con un estilo sencillo (e incluso vulgar) y personajes propios del pueblo. En varias ocasiones narraba la historia de cómo se engañaba a un pobre tonto. De su ingenio proceden obras tan divertidas como Las aceitunas:



El rufián cobarde:



Pagar y no pagar:
 

o Cornudo y contento:
 

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